Las criptomonedas y los metales preciosos ya sucumbieron a esa realidad. La Bolsa se resiste, pero no consigue derrotar la incertidumbre. ¿Cómo se define esta encrucijada? Un mal balance de Nvidia o la caída incesante de Bitcoin, ¿nos empujarán finalmente a esa corrección tan anunciada?
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Gordon Gekko habla sobre la incertidumbre del mercado bursátil y la amenaza de corrección desde octubre.
P.: Tampoco damos vuelta la página y nos dedicamos a otra cosa.
G.G.: No. El tema de fondo nos sigue interesando sobremanera.
P.: La sensibilidad al riesgo de una corrección inminente permanece al tope de la agenda.
G.G.: Los mercados están atrapados en esa zona de incertidumbre. ¿Nos podrá sacar de ahí un balance de Nvidia cuando no pudieron 500 balances del S&P?
P.: ¿Y nos podrá hundir un mal balance de Nvidia?
G.G.: Nos obligará a meter la cabeza bajo el agua, sin duda. Pero, ¿por cuánto tiempo? Porque así como el temor a una corrección es un nubarrón persistente, que no se aleja con las buenas noticias, la actitud del “buy the dip” también es muy tenaz. Si la economía sigue su curso, si la caída bursátil no se monta en otros argumentos, primero corregiremos; pero después cabe esperar un rebote potente alimentado por el “cash” que todo este tiempo se ha acumulado prudentemente a los costados.
P.: Bitcoin, y las criptomonedas, eran la estrella del año. La Administración Trump modificó el enfoque regulatorio de cuajo con respecto a la modalidad prudencial precedente. De repente, el regulador recategorizó a esta clase de activos, considerándolos como aptos para su utilización por el sistema financiero convencional y eventualmente para su incorporación en los planes de pensión. Esa bonanza que parecía indestructible es la que ahora corrige brutalmente. Bitcoin cotizó a un máximo de 126 mil dólares en octubre cuando comenzó a tallar la preocupación por la efervescencia. Y hoy fugazmente se llegó a ubicar por debajo de los 90 mil. ¿Es una señal válida para descifrar la suerte probable de otros activos de riesgo que también protagonizaron rallies vibrantes? En otras palabras, ¿si la caída de Bitcoin se profundiza podrá arrastrar consigo a todos los demás mercados?
G.G.: Es un espejo donde los demás pueden mirarse. Punto. La Bolsa pasó el examen de los balances. Ni las criptomonedas ni los metales preciosos satisfacen ese requisito. Los motivos detrás del frenesí de bitcoin y del oro – el riesgo de licuación del dólar y de alta inflación, o del reemplazo del dólar, o el desorden de la geopolítica internacional- no fueron motores de la suba de la Bolsa. No debería sorprender que ahora tengan vidas separadas. Pero sí es cierto que la baja de tasas levantó la marea para todos los activos de riesgo. Y si ahora se discute su continuidad, si el recorte de tasas de diciembre se pone en duda, la Bolsa también puede verse afectada. Por último, el día en que efectivamente las criptomonedas estén plenamente integradas en los portafolios de las instituciones y los bancos, ahí sí, un golpe que las lastime tendrá capacidad de dañar en profundidad a los otros componentes. Hoy la desregulación es incipiente y la correlación es muy baja. Para la Bolsa, en definitiva, la clave es mantener la recesión a distancia. Ese es el flanco que debe cubrir.



