La Cámara de Representantes aprobó por estrecho margen el proyecto que reduce impuestos, aumenta el déficit y recorta programas sociales clave.
-
Trump dijo que su nueva ley de recortes impulsará la economía «como un cohete espacial»
-
Guerra de aranceles: Trump enviará cartas a los países para notificarlos de las tasas que enfrentarán

La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por 218 votos a favor y 214 en contra su nuevo paquete de recortes fiscales.
WWC
Menos impuestos, más deuda
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), un organismo no partidista, estima que la legislación agregará u$s3,4 billones a la deuda nacional -que ya alcanza los u$s36,2 billones– durante la próxima década.
Críticas demócratas y advertencias externas
La bancada demócrata votó en bloque en contra y denunció el proyecto como una “transferencia de riqueza” hacia los sectores más privilegiados. “Este proyecto de ley perjudica a los estadounidenses comunes para regalar exenciones fiscales masivas a los multimillonarios”, sentenció el líder demócrata Hakeem Jeffries, quien realizó un maratónico discurso de ocho horas y 46 minutos, el más largo en la historia de la Cámara.
Analistas fiscales y organismos independientes advirtieron que los mayores beneficios recaerán sobre los contribuyentes más ricos, mientras que las familias de ingresos bajos y medios se verán afectadas por la reducción de programas de asistencia que, en muchos casos, superan las ventajas fiscales otorgadas.
Incluso desde el frente financiero se encendieron alertas: Moody’s rebajó recientemente la calificación crediticia de la deuda estadounidense, señalando el deterioro fiscal. Algunos inversores internacionales ya evalúan con cautela la compra de bonos del Tesoro, ante el aumento sostenido del endeudamiento.
Trump jugó un rol activo durante las negociaciones, ejerciendo presión directa sobre los legisladores. “Republicanos, esto debería ser un voto afirmativo fácil. ¡Ridículo!”, escribió en redes sociales durante los debates. Finalmente, solo dos de los 220 diputados republicanos rompieron filas y votaron en contra del proyecto.



