Donald Trump este miércoles está a punto de asegurar la presidencia el miércoles después de ganar Pensilvania, lo que lo colocó a solo tres votos electorales de derrotar a Kamala Harris y asegurar su regreso a la Casa Blanca.

Trump tiene 267 de los 270 votos electorales necesarios para ganar la Oficina Oval. Una victoria en Alaska o en cualquiera de los estados en disputa –Michigan, Wisconsin, Arizona o Nevada– enviaría al expresidente republicano de regreso a la Oficina Oval.

Trump lleva la delantera en Michigan y Wisconsin, donde sus dos caminos más claros hacia la victoria dependen de que Harris no gane suficientes votos pendientes en los condados de Wayne y Milwaukee. Associated Press está esperando las próximas actualizaciones de ambos lugares para determinar si Harris tiene alguna posibilidad de superar a Trump en cualquiera de los dos estados.

Trump ganó Pensilvania, parte del otrora bastión demócrata confiable conocido como el “muro azul” junto con Michigan y Wisconsin, cuando ganó por primera vez la Casa Blanca en 2016 y luego volvió a manos de los demócratas en 2020. Trump también ganó Georgia, que había votado por los demócratas hace cuatro años, y retuvo el estado de Carolina del Norte, muy disputado.

Los avances del republicano limitaron drásticamente el camino de Harris hacia la victoria.

Trump sería el primer expresidente que regresa al poder desde que Grover Cleveland recuperó la Casa Blanca en las elecciones de 1892. También podría ser la primera persona condenada por un delito grave en ser elegida presidente y, a los 78 años, sería la persona de mayor edad elegida para el cargo. Su candidato a vicepresidente, el senador de Ohio J. D. Vance, de 40 años, se convertiría en el miembro de mayor rango de la generación del milenio en el gobierno de Estados Unidos.

Vale recordar que el líder de Partido Republicano sobrevivió a un intento de asesinato por milímetros en un mitin en julio. Los agentes del Servicio Secreto frustraron un segundo intento en septiembre.

Si es elegido Presidente, situación que ya ningún medio discute, Trump tendrá muchos menos controles en la Casa Blanca, ya que planea implementar rápidamente una agenda radical que transformaría casi todos los aspectos del gobierno estadounidense. Sus antiguos críticos republicanos en el Congreso han sido derrotados en gran medida o se han retirado. Los tribunales federales ahora están llenos de jueces que él nombró. La Corte Suprema de Estados Unidos, que incluye a tres jueces designados por Trump, emitió un fallo a principios de este año que otorga a los presidentes una amplia inmunidad ante el procesamiento.