EL PADRE GRASSI INSISTE CON EL PEDIDO DE LIBERTAD ANTICIPADA: «SOY INOCENTE», DIJO EN LA AUDIENCIA

Grassi busca adelantar su liberación y reducir el tiempo de los quince años de condena a prisión que le corresponden por dos hechos de abuso sexual de la infancia ocurridos en 1996.

El cura Grassi al momento de su detención.

El padre Julio César Grassi, condenado por dos episodios de abuso sexual infantil, solicitó su libertad condicional tras haber cumplido los dos tercios de su pena. Este jueves, el Tribunal en lo Criminal N°1 de Morón llevó a cabo una audiencia para analizar su pedido, en la que se decidirá si se le otorga o no el beneficio.

La audiencia comenzó pasadas las 11 de la mañana, con la jueza otorgando 15 minutos de exposición para cada parte. Grassi fue el primero en tomar la palabra, aunque expresó su sorpresa por el escaso tiempo asignado para fundamentar su solicitud de libertad condicional, por lo que pidió un breve cuarto intermedio.

Al retomar la palabra, Grassi insistió en su inocencia y mencionó varios casos en los que personas inocentes fueron condenadas erróneamente. «Muchas veces, un error judicial puede llevar a una persona inocente a la cárcel», afirmó.

El sacerdote también defendió su trayectoria de trabajo social, especialmente en barrios populares, donde aseguró haber militado contra todo tipo de maltrato infantil y adolescente. «Para mí, eso es aberrante y lo repudio», enfatizó.

Grassi también habló sobre su trato durante los años de detención y detalló los resultados de las pericias psicológicas a las que fue sometido. Destacó que, «mientras estuvo procesado y vivía en San Justo, siempre cumplió rigurosamente con las reglas establecidas, lo que utilizó como argumento para pedir su libertad condicional».

«Con todo lo que he hecho dentro de la cárcel, espero poder seguir adelante y dedicarme a la abogacía», agregó Grassi, refiriéndose a sus planes futuros en caso de ser liberado. «No me parece justo que digan que es inconsistente el trabajo que pretendo hacer», manifestó.

Grassi subrayó que desde el inicio de la acusación hace 22 años, no ha habido ninguna queja sobre su conducta. «El abuso siempre representa una actitud de poder, daño contra una persona débil, y nada de eso ha ocurrido. Voy a ser útil a la sociedad, si la Iglesia me lo permite», afirmó. «Mi esencia es ayudar y quiero hacerlo ahora como sacerdote y abogado, para ayudar a los pobres», concluyó antes de solicitar formalmente la libertad condicional.

Por su parte, el fiscal de ejecución Mario Ravizzini reconoció que Grassi está habilitado para pedir la libertad condicional, ya que cumplió los dos tercios de su condena. No obstante, el fiscal no aceptó la pericia psicológica presentada por el cura y expresó su preocupación sobre la vivienda en la que Grassi planea residir en caso de ser liberado, ya que se trata de una casa en la que viviría solo.

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