EL SECTOR SUPERMERCADISTA CIERRA EL AÑO CON NÚMEROS DISPARES: “LAS VENTAS FUERON UN POCO MEJORES DE LO PENSADO”

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El referente del sector supermercadista, Miguel Simons, analizó el comportamiento de las ventas de fin de año, señaló una leve mejora respecto a lo esperado y advirtió que no hay cambios estructurales que permitan prever un 2026 distinto al actual, especialmente en materia laboral, impositiva y de ingresos.

El referente del sector supermercadista, Miguel Simons, aseguró que las ventas de fin de año registraron una leve mejora respecto a las expectativas iniciales, aunque advirtió que el escenario general continúa siendo complejo y sin cambios estructurales que permitan proyectar una recuperación sostenida en 2026.

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“Las ventas fueron un poco mejores de lo pensado. Por supuesto que no borra todo lo negativo que tuvimos en el 2024 y en el 2025, pero es un soplo fresco para afrontar el nuevo año”, afirmó en diálogo con CIUDAD TV. Sin embargo, aclaró que el desempeño no fue uniforme en todo el sector: “No para todos fue igual”.

Según explicó, aproximadamente la mitad de los comercios reportaron resultados mejores o superiores a lo esperado, mientras que el resto indicó que las ventas se mantuvieron en niveles similares a los previstos. “Más o menos el 50% han dicho que han venido mejor o mejor de lo esperado. Números reales todavía no hay. Hay una apreciación a nivel nacional en una mejora del 1,3%”, precisó. El otro 50%, agregó, “dice que más o menos, pero no fue tan malo como se esperaba”.

Simons remarcó que esta leve mejora funciona como un aliciente para un sector que históricamente fue rentable, pero que en los últimos años se vio afectado por un deterioro sostenido. En ese marco, calificó a la última Navidad como positiva para el supermercadismo.

De cara al cierre del año, advirtió que las expectativas para las fiestas de fin de año son más moderadas. “Normalmente la venta cae hasta un 50% y la mayoría trata de quitarse un poquito el estorbo de las fiestas porque realmente después durante el año no se vende nada de esos productos”, explicó.

Respecto al panorama para 2026, Simons fue contundente al señalar que no observa cambios que permitan prever una mejora. “A la vista de las circunstancias con que arrancamos el 2026, no podemos tener muchas buenas expectativas porque nada de lo que afecta al comercio ha cambiado”, afirmó, y enumeró: “La parte laboral, la parte impositiva, la parte crediticia, los ingresos de las personas para poder consumir no han cambiado”.

En ese sentido, expresó: “Dudo mucho que el 2026 sea diferente al 2025. Para determinar si las cosas van a cambiar, algo de todo lo negativo que le está produciendo al supermercadismo debería haber cambiado. Realmente nada ha cambiado”.

Simons también se refirió al crecimiento de la informalidad laboral y su impacto en la economía. “Por cada empleado activo que despide es un empleado que pasa a la clandestinidad”, señaló, y agregó que “la informalidad ha crecido mucho y el empleado informal gana mucho menos que el empleado formal, aparte de que no colabora con las cajas de jubilación y de pensionados”.

Si bien reconoció que la presión impositiva es elevada, aclaró que el problema central está en el nivel de ingresos. “El problema no pasa por la presión impositiva. La presión impositiva también existe en otros países. Lo que pasa es que el salario que tiene hoy el empleado no le alcanza”, explicó. Como ejemplo, indicó que un salario más alto puede absorber la carga impositiva, pero que con ingresos actuales “si gana 1.200.000 pesos y le sacan entre 350.000 y 400.000 pesos de impuestos directos o indirectos, lo liquidás”.

También cuestionó los impuestos indirectos: “Cuando el empleado va a pagar su tarjeta de crédito le está cobrando el gobierno del Chaco y el gobierno nacional, le están sacando un montón de plata”. Según afirmó, esto impide una mejora real del poder adquisitivo y se refleja directamente en el consumo.

“Argentina necesita un cambio de rumbo”

En su análisis de la estructura económica del país, Simons sostuvo que Argentina necesita un cambio de rumbo. “Un país que no apuesta a la producción de bienes de capital no va a salir adelante”, afirmó, y puso como ejemplo a Israel, que “no apostó a producir más commodities, sino tecnología, porque es el multiplicador de la mano de obra y tiene mucho más valor agregado”.

En esa línea, señaló que “hoy la soja vale 30% menos que en 2008” y advirtió que “los commodities son pan para hoy y hambre para mañana”. “Esa estructura económica la Argentina tiene que cambiar y eso va a llevar años y años”, subrayó, y agregó que mientras el país no sea más atractivo para las empresas y las inversiones, “vamos a seguir viviendo solamente de servicios”.

Finalmente, Simons destacó que los hábitos de consumo reflejan la pérdida de poder adquisitivo. “La pauta está también en estas Navidades, donde lo que más se vendió, aunque usted no lo crea, son zapatillas. Zapato y zapatillas fue lo que más se vendió”, indicó. En contraste, señaló que “los rubros tradicionales de estas fiestas, como los electrodomésticos, han caído abruptamente, aun habiendo cuotas y financiación”.

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