El actor sigue siendo el chivo expiatorio de turno al que acuden para intentar cambiar el eje del debate público mientras buscan justificar el nuevo blanqueo de capitales que beneficia a evasores.
“No comimos las empanadas carísimas de Ricardo Darín en el encuentro con Milei. Yo vivo en Belgrano y voy al Patio Bullrich las empanadas me cuestan 800 pesos. O lo cagaron o habló al pedo, está un poquito loquito Darín. Aparte vos vivís en Madrid donde las empanadas salen más caras que acá y son espantosas”, comenzó Piazza cuando contaba su última visita a la Quinta de Olivos.
Y siguió: «habló muchas boludeces. Fue un comentario completamente fuera de lugar y desafortunado».
«Todo el mundo se le caga de risa, estuvo de más lo que dijo, es una comparación ridícula. Que compare si quiere lo de los jubilados, que sí es preocupante, pero una docena de empanadas… La gente inteligente se le caga de risa», insistió.
Envalentonado en su propia diatriba, Piazza subió la apuesta. «¿Vos te crees que a Darín le importan los argentinos? Él está en Madrid, es un antipático de mierda, se cree que es una diva de Hollywood de la década del ’40 y no lo es», disparó.
Y concluyó: «no compares con Mirtha Legrand boludeces, es como comparar un vestido de Roberto Piazza de seda natural con un vestido de La Salada ¿Entendés?, no tienen nada que ver».




