La noche del 23 de febrero de 2020, terminó en tragedia para Sarah Boone y su novio Jorge Torres Jr.. En su casa de Orlando, Florida, ambos compartían tragos cuando decidieron jugar «a las escondidas». Según Boone, la idea de que Torres se metiera en una valija azul parecía inofensiva, pero murió asfixiado.

Boone aseguró ante la Justicia que creyó que su novio podría salir por sí mismo de la valija, pero decidió irse a dormir, dejando a Torres atrapado. A la mañana siguiente, llamó al 911 diciendo que su pareja estaba inconsciente, pero los equipos de emergencia encontraron el cuerpo sin vida de Torres junto a la valija. Lo que inicialmente parecía un accidente producto del alcohol, tomó un giro oscuro con los resultados de la autopsia.

El informe forense reveló que Torres murió por asfixia, pero también presentaba golpes y rasguños en varias partes del cuerpo, lesiones que apuntaban a un acto deliberado. Además, se hallaron videos en el teléfono de Boone que mostraban a Torres suplicando desesperadamente mientras ella se burlaba. En uno de los clips, Boone le dice: «Así se siente cuando me asfixiás», en referencia a supuestas infidelidades, mientras ignora sus pedidos de ayuda.

Durante el juicio, la defensa intentó argumentar que Boone era víctima de violencia de género por parte de Torres, destacando que él había sido arrestado en varias ocasiones por agredirla. No obstante, los fiscales recalcaron que, a pesar de los antecedentes, Boone permaneció en la relación y actuó con intención de causar terror y sufrimiento. La acusada incluso rechazó un acuerdo que le habría permitido una pena de 15 años por homicidio involuntario.

Finalmente, tras un juicio de 10 días, el tribunal declaró a Boone culpable de asesinato en segundo grado y la condenó a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. En sus últimas palabras, Boone se mostró arrepentida y pidió perdón a la familia de Torres: «No quise que esto sucediera. Perdóname, Jorge. Perdóname, familia Torres». Sin embargo, el juez subrayó que las pruebas dejaban en claro la intención de la acusada, poniendo fin a un caso que conmocionó a Estados Unidos.