El exabogado de Emerenciano Sena, Nicolás Boniardi Cabra, continúa detenido en la Comisaría Primera de Resistencia, acusado de amenazar a un perito judicial durante un procedimiento técnico. La fiscalía avanza con la toma de testimonios, mientras los peritos enfrentan dificultades para acceder al contenido de su teléfono celular. El dispositivo, clave en otra causa por desobediencia y perturbación del orden en el juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, permanece bloqueado. La investigación sigue a cargo de las fiscalías N°3 y N°2 de Resistencia.
Nicolás Boniardi Cabra, quien fuera abogado del dirigente piquetero Emerenciano Sena, continúa detenido en la comisaría Primera de Resistencia desde el pasado miércoles, acusado de amenazar a un perito del Poder Judicial.
Por la causa ya declaró un testigo, y se espera que durante la jornada lo haga un segundo, mientras que un tercero prestará declaración el miércoles. La investigación está a cargo de la Fiscalía de Investigaciones N° 3 de Resistencia.
El hecho que originó su detención ocurrió el martes pasado en el Gabinete Científico del Poder Judicial, ubicado sobre la ruta nacional N° 11. Allí debía realizarse el peritaje de su teléfono celular —dispositivo secuestrado tras el incidente del 29 de octubre—, cuando, según testigos, Boniardi se presentó en el lugar, exigió en tono desafiante la devolución del aparato y profirió amenazas al ingeniero Facundo Toledo, jefe de la División de Informática Forense.
De acuerdo con la denuncia radicada por Toledo, el abogado le habría dicho frases como “que se cuide” y “él sabe lo que puede pasar”. Ante esta situación, la fiscal Rosana Soto ordenó su inmediata detención, concretada 14 horas más tarde cuando el acusado se presentó voluntariamente. La causa fue caratulada como “supuesta amenaza”.
En paralelo, Boniardi enfrenta otra investigación por el presunto intento de filmar a los posibles jurados del juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski. Este episodio ocurrió el 29 de octubre en el Centro de Convenciones Gala, donde el abogado fue arrestado tras manipular su celular dentro del recinto en el que se desarrollaba la audiencia de selección de jurados, algo expresamente prohibido.
Ese expediente está a cargo de la fiscal de Investigaciones N° 2, Ana González de Pacce, quien lo imputó por los delitos de desobediencia judicial y perturbación del orden en audiencia de tribunales de justicia, en concurso real.
La principal prueba para determinar si Boniardi filmó, tomó fotos o intentó comunicarse con algún jurado se encuentra en su teléfono celular, un iPhone con funda verde. Sin embargo, el imputado se negó a revelar la clave de acceso, por lo que la fiscal solicitó al juez de Garantías N° 1, Javier Roy, que ordene su apertura.
El magistrado hizo lugar al pedido, y los peritos del Gabinete Científico del Ministerio Público Fiscal trabajan para acceder al dispositivo. La tarea, sin embargo, se presenta compleja debido al alto nivel de seguridad del equipo, que impide ingresar sin el código PIN del usuario.
¿Por qué es tan difícil desbloquear un iPhone?
Los iPhone están diseñados para proteger la información de sus usuarios incluso si el dispositivo cae en manos ajenas. Cada equipo combina una clave elegida por el usuario con una clave única almacenada en un chip especial —llamado Secure Enclave— que actúa como una caja fuerte digital.
Este chip controla el acceso al sistema y aplica límites estrictos ante intentos fallidos, lo que impide que alguien pruebe miles de combinaciones hasta acertar. En algunos casos, el propio teléfono puede borrarse tras diez intentos incorrectos.
Además, Apple no guarda una “llave maestra” para desbloquear los dispositivos. Ni siquiera la empresa puede acceder a los datos sin la clave del usuario, lo que convierte el acceso a un iPhone bloqueado en un proceso extremadamente complejo, que puede demorar semanas o resultar imposible.


