Participaron los gobernadores Ignacio Torres, Carlos Sadir (Jujuy) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y la cúpula de la central. También hablaron del destrato del Gobierno.
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La reunión entre la CGT y provincias Unidas fue en la Casa de Chubut.
En principio, públicamente desde Provincias Unidas se muestran más cerca de entablar una negociación que de trabar las reformas. En un comunicado, Torres señaló que “fue una reunión importante con las autoridades recientemente asumidas de la CGT, en la que analizamos la propuesta de reforma laboral presentada por el Gobierno Nacional”.
Rechazar todo o ir por una reforma laboral «light»
Hasta ahora, el Gobierno juega al misterio sobre la reforma laboral y sólo dejó trascender algunos puntos en el Consejo de Mayo. Gerardo Martínez, el representante cegetista en ese organismo, ya adelantó que se oponen a casi todo.
En los últimos días, la CGT pasó de un rechazo frontal a la reforma laboral a mostrarse dispuestos a una discusión. Saben que después de las elecciones, el Gobierno cuenta con músculo legislativo para impulsar sus reformas y no le interesa mucho la opinión de los sindicatos. Ese destrato se vio en los innumerables pedidos públicos y privados ignorados para una mesa de diálogo.
Algunas voces dentro de la central cuestionan cómo se está llevando adelante este tema y piden no llegar al debate de la reforma laboral con una postura derrotista. Desde el triunvirato rechazan esta acusación, pero de a poco se percibe el crecimiento de un clima de resignación. En voz baja, pronostican que la reforma laboral va a salir y el objetivo real es que sea lo más light posible.
Si se tiene en cuenta lo que trascendió. entre los puntos que más preocupan a los sindicatos se encuentran la ultraactividad, negociación por rama y financiamiento de las organizaciones sindicales (aporte solidario). Si el Gobierno logrará atacar ahí, los gremios perderían gran parte de su fortaleza y su capacidad de negociación. Tal como sucedía a comienzos del siglo XX, la época dorada para Javier Milei.




