La Albiceleste fue atacada este fin de semana por cuestiones que nada tienen que ver con lo deportivo. Las recientes declaraciones de Kylian Mbappé donde habló abiertamente de política luego de la victoria de la derecha en las elecciones europeas despertaron en algunos argentinos una reacción negativa para con Messi, Scaloni y el resto del plantel que siempre dejaron en claro su distanciamiento a este tópico.

La Selección argentina nuevamente cayó en la grieta política. Pareciera ser que el campeonato del mundo ganado en Qatar, la Copa América lograda en Brasil y la Finalissima obtenida en Wembley ante Italia no le bastaran a algunos hinchas argentinos.
Recientemente, Kylian Mbappé, el astro francés y emblema del conjunto galo, en medio de una conferencia de prensa expresó abiertamente su posición política luego de lo que significaron las elecciones europeas donde se vio un amplio triunfo de la derecha en el viejo continente. Sin entrar en demasiados detalles, la flamante adquisición del Real Madrid señaló que está «en contra de los extremismos y de las ideas que dividen«, a la vez que llamó «a todo el mundo a votar» y «a tomar conciencia de la situación«.
«Espero que mi voz tenga el mayor peso posible, tenemos la necesidad de identificarnos con nuestros valores de diversidad, tolerancia y respeto«, agregó Mbappé.
Las palabras del francés no pasaron desapercibidas, pero sorprendentemente tuvieron un gran impacto en nuestro país y la guerra política comenzó (nuevamente) en las redes sociales.
En X (ex Twitter) no faltaron los usuarios que criticaron a Lionel Messi por no tomar posición política (como si debiera hacerlo) como lo hizo Mbappé, recordaron con cuestionamiento la decisión del combinado nacional de no ir a Casa Rosada cuando fueron campeones del mundo y algunos (insólitamente) se lamentaron de que Francia no haya ganado la final en Qatar.
Parece insólito pensar que actualmente la ola de cuestionamientos a la Selección tenga que ver con tintes políticos. No está mal recordar que aquel 18 de diciembre, Scaloni, Messi y compañía le dieron una de las alegrías más importantes a más de 40 millones de argentinos en un momento tan complicado para el país. Ese día a nadie le importaba a quien habías votado o de que partido político eras afín, ese día todos éramos argentinos abrazados en una inmensa felicidad que nos permitió por un momento olvidar los innumerables problemas que teníamos.
De todas maneras, cuando parecía que todos juntos podríamos dejar atrás las diferencias y patear para el mismo lado, a los pocos días la TV Pública atacó a la Selección flamante campeona del mundo y en el programa Desiguales el periodista Nicolás Fiorentino calificó de «desclasados» a los jugadores por no asistir a Casa Rosada. De todas maneras, Fiorentino se disculpó a los pocos días, pero la grieta otra vez estaba instalada.
Esta claro que Scaloni, Messi y el resto de los jugadores de la Albiceleste tomaron la decisión de no involucrarse con la política, y están en su derecho de hacerlo ¿por qué deberían? Cada persona tiene la voluntad de opinar de un tema si así lo desea, pero ¿por qué querer hacer que otros digan lo que uno quiere escuchar? Hay que aprender a separar lo político de lo deportivo.
