LA VITAL TAREA DE LOS PERROS POLICÍAS EN LAS BÚSQUEDAS DE PERSONAS DESPARECIDAS

Los canes forman parte de una fundamental tarea en los operativos de búsqueda de personas. Cómo es el proceso para adiestrarlos, las distintas funciones que posee un can y qué ocurre cuando el animal se «jubila».

De izquierda a derecha: Perla, Baisha y Zacha.

El caso Loan Danilo Peña, el niño de 5 años que fue visto con vida por última vez el pasado 13 junio en la localidad correntina de 9 de julio, despertó el interés colectivo en todos los argentinos. Los rastrillajes en la zona donde, en principio se creía que el menor había desaparecido, demostraron la importancia fundamental que tienen los canes policías en este tipo de búsquedas. 

En ese sentido, Diario Chaco  dialogó con Horacio Cornut, oficial principal y encargado en la formación, capacitación adiestramiento y control de las distintas disciplinas y funciones que se realizan en el Departamento Canes.

Perla es una perra pastor belga malinois de 4 años, especializada en búsqueda de restos humanos al igual que Zacha. Mientras que Baisha es una hembra de 3 años de raza braco vizsla cuya especialidad es la búsqueda de personas con vida.

Cornut detalló cómo es el adiestramiento de un perro, la diferencia entre la función de búsqueda de personas con vida y la búsqueda de restos humanos, la participación en el caso Cecilia Strzyzowski y qué pasa una vez que el can se «jubila».

Diario Chaco: ¿Cómo es el proceso de adiestramiento de un perro?

Horacio Cornut: Nosotros tenemos perros adiestrados para esas funciones. Hay perros que, desde los cuatro meses de vida, y mucho antes también, comenzamos a trabajar y los vamos adiestrando, educando y formando para una especialidad en específico.

Hoy tenemos 100% operativo un perro de raza braco vizsla, que es una hembra de 3 años llamada Baisha, y es de búsqueda de personas con vida.

Horacio Cornut.

DCH: ¿Cómo es el procedimiento de búsqueda?

HC: Nosotros bajamos al lugar donde hay que intervenir porque somos una unidad de apoyo. Esto se denomina ejercicio de búsqueda, ya que ahí se inicia todo el ejercicio donde el perro comienza a buscar.

En el caso de que el perro sea de la especialidad o la función de búsqueda de personas con vida, nosotros necesitamos un olor de referencia que tiene que ser una prenda de la persona que vamos a buscar y que contenga partículas o moléculas del cuerpo.

Hacemos que el perro olfatee esa prenda, posteriormente le decimos que busque y el perro sabe que tiene que buscar en el entorno dónde está nuevamente ese olor que se le presentó.

En cambio, el perro cuya especialidad es la búsqueda de restos humanos no necesita un olor de referencia porque directamente se le da la orden de buscar, y el perro buscará en el entorno compuestos orgánicos o material biológico en descomposición que sea del cuerpo humano.

Daniel Altamirano, comisario mayor de Policía y jefe del Departamento Canes.

DCH: ¿Cuál es la diferencia en el adiestramiento de perros de búsqueda de personas vivas con respecto de búsqueda de restos humanos? 

HC: Por ejemplo, con el perro que se va a especializar en la búsqueda de personas con vida, se lo entrena para que aprenda a socializar y asociar el olor de referencia con el de la persona que se busca. Se hace que huela una prenda o elemento cualquiera de una persona determinada que va a ser nuestro «figurante».

Se comienza de forma sencilla. Primero el perro no entiende. Hacemos que huela la prenda (remera, gorra, guantes, funda de celular) que haya sido manipulada por la persona, luego hacemos que esa persona se esconda pero cerca. Ahí le decimos al perro que busque y lo vamos guiando indirectamente hasta que dé con la persona que es buscada. Una vez que la encuentra, premiamos al perro y jugamos con él.

Las primeras veces el perro no entiende, pero el ejercicio se va repitiendo incrementando la distancia entre el can y la persona que es buscada. El ejercicio se repite las veces que sea necesario hasta que en un momento el perro entiende qué es lo que le pedimos.

En el caso de los perros que se van a especializar en la búsqueda de restos humanos, nosotros le pedimos al Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) compuestos orgánicos que estén en descomposición que ellos autoricen para que podamos manipular, todo con los controles de bioseguridad correspondientes. Se pide autorización también al Ministerio de Seguridad para hacer ese ejercicio y se implantan en un terreno el material en descomposición.

A partir de ahí, se realiza el mismo procedimiento pero en este caso no huelen un olor de referencia, sino que se le da la orden de buscar y nosotros, indirectamente, lo vamos llevando hasta donde está el material en descomposición. Repetimos el proceso de felicitar y premiar al perro hasta que ya entienda qué es lo que se le pide.

DCH: ¿Qué participación tuvo el Departamento Canes en el caso Cecilia?

HC: Nosotros trabajamos en todo el procedimiento. El can Zacha, que es de búsqueda de restos humanos, marcó material biológico en el domicilio de los Sena. En este caso, se realizó el ejercicio con Zacha y nos llevó hasta una habitación del domicilio y se mostró interesada en una pared que después, con el luminol, determinaron que había manchas de sangre que habían sido limpiadas.

En el campo Rossi, los canes no marcaron nada. Nos guiaron hasta algunos lugares pero no detectaron nada.

DCH: ¿Cómo fue la colaboración con el caso Loan?  

HC: Nosotros desde el martes 18 de junio fuimos al lugar, a partir del mediodía a 9 de julio. Afectamos a cinco empleados policiales y a los canes Zacha y Baisha.

DCH: ¿Qué cuidados se tienen que tener con los perros en un procedimiento? ¿Tienen descansos? 

HC: La autonomía operativa de cada can es relativa a cómo sea el terreno y a qué tanto se necesita intervenir con el can. Si hay oportunidad de darles pausa o descansos, el perro tranquilamente puede intervenir en varias oportunidades durante el día o días seguidos.

DCH: ¿Cuándo se «jubila» un perro? ¿Qué pasa con él una vez que finaliza su labor? 

HC: En la experiencia de este departamento, a los cinco o seis años de vida aproximadamente, el perro se muestra apático o no le llama la atención la actividad que realiza. Entonces, no quiere continuar realizando la actividad.

Hay que recordar que ellos no entienden que están realizando un trabajo, sino que están jugando, pero llega un momento en que, por estrés o cansancio, ya no les llama la atención.

Ahí comienzan todas las actuaciones administrativas correspondientes, informando a la máxima autoridad de nuestra institución porque es un bien de la provincia y se genera un espacio para que se realice una adopción por algún particular o que el empleado que se encargó desde un comienzo de adiestrarlo, cuidarlo y educarlo, si tiene oportunidad, lo lleve y sería lo indicado.

Pero si el empleado no puede cuidarlo por diversas cuestiones, cualquier particular puede realizar la adopción del perro siempre y cuando le garantice la calidad y bienestar.

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