LAS ÚLTIMAS PROTESTAS EN CUBA SON POR LA SED: MÁS DE 600.000 PERSONAS VIVEN SIN AGUA POTABLE

El Gobierno ha reconocido que el problema se debe a las numerosas fugas, roturas de equipos de bombeo y los constantes cortes de electricidad en la isla.

Vecinos cubanos buscando agua en bidones

En la noche del martes, los vecinos del reparto La Rosita en San Miguel del Padrón, un municipio ubicado en la periferia de La Habana, se lanzaron a la calle tras más de dos semanas sin servicio de agua potable.

Hasta el momento nadie ha solucionado el problema de raíz: cuando se acabe el agua que el Gobierno mandó para aplacar la protesta en la vía pública, volverá a escasear el agua para tomar, cocinar, lavar la ropa o bañarse. «¿Qué haremos si eso pasa? Pues lo mismo que hicimos», dice Ayala. «Salir otra vez para la calle», dijo una vecina.

La crisis del agua en Cuba no comenzó ayer, pero evidentemente el deterioro del país, la imposibilidad de brindar mantenimiento a las tuberías y la escasez de combustible han agudizado el problema, ya que el sector hidráulico es el segundo mayor consumidor de energía eléctrica en el país.

Las autoridades cubanas reconocieron que más de 600.000 personas sufren la falta de agua. José Antonio Hernández, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, dijo a la prensa oficial que solamente en La Habana unos 130.000 clientes son afectados por la escasez de agua, y que son varias las provincias al interior del país con miles de clientes sin el servicio.

El funcionario enumeró como causas del caos hidráulico las roturas de varios equipos de bombeo y los constantes cortes de electricidad con los que lidian los cubanos desde hace un tiempo, y que más de una vez los han hecho lanzarse a las calles. Otro problema son los llamados salideros. El propio Hernández dijo que, al cierre de 2023, había unas 2.000 de estas fugas de agua en La Habana que permanecían «por días y meses».

El problema, no obstante, parece ser mayor de lo que las autoridades están dispuestas a admitir. Un estudio del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) sobre derechos sociales en Cuba asegura que en realidad son muchas más las personas que viven sin acceso a agua potable en el país. «Dudamos de la cifra que da el Gobierno. Nuestro estudio sobre los derechos sociales de 2023 arrojó que el 17% de los consultados no contaba con servicio de agua potable. Esto son aproximadamente 663.000 viviendas, podríamos estar hablando de 1,9 millones de personas, considerando tres personas por hogar», asegura Yaxys Cires, director de estrategias de la organización.

UNA SITUACIÓN «DESESPERANTE»

El problema, que los funcionarios han calificado como una «una situación muy compleja», no parece tener una solución, o al menos una a corto plazo. Así incluso lo dejó saber Antonio Rodríguez Rodríguez, el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), el día en que el gobernante Miguel Díaz-Canel le preguntó cuándo se solucionaría el desabastecimiento de agua. «Decirle ahora una fecha en la que podremos resolver los problemas no sería justo de mi parte», dijo Rodríguez, siendo lo más honesto que podía. «Aspiramos, siendo realistas, a que, de acuerdo con los ritmos que vamos, podamos tener una mejor situación el próximo año, aunque eso no quiere decir que vamos a resolver todos los problemas de salideros, obstrucciones, abasto de agua y otros».

Aunque ahora se ha vuelto una situación límite, las autoridades han dicho que solo la mitad de la población recibe este servicio de forma estable y segura. El pasado año el presidente del INRH aseguró que 478 asentamientos poblacionales tenían falta total o parcial de redes de acueducto; que unos 2,7 millones de personas recibían agua cada tres o más días, y que unos 475.000 cubanos recibían agua a través de carros cisternas.

Aunque el Gobierno ha tratado de solucionar el problema del agua con el envío de pipas, muchas veces no pueden trasladarse por la disponibilidad de combustible o neumáticos. También se ha generado todo un mercado informal, donde los cubanos que pueden pagan hasta 8.000 pesos (25 dólares) por uno de estos carros cisternas. (El País) 

PROVENIENTE DE DIARIO CHACO

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