Reunidos en el Museo de Arte Moderno (MAM) de Río, los principales líderes del planeta propusieron trabajar por un “crecimiento fuerte e inclusivo” y un “planeta sostenible” como respuesta a los desafíos globales.
La declaración clama por la “paz” en Ucrania, sin condenar explícitamente a Rusia, uno de los temas más espinosos que amenazaba con frustrar el consenso.
En otro tramo del fragmento dedicado a los choques geopolíticos, el G20 pide el “cese del fuego en Gaza”, además de defender la solución de dos Estados para el conflicto entre Israel y Palestina. “Todas las partes deben cumplir sus obligaciones bajo derecho internacional, condenando ataques contra civiles e infraestructura”, dice el documento.
Además de las tres prioridades de la presidencia brasileña del G20, el texto cita la necesidad de avanzar en las discusiones para tributar a los llamados “super ricos”, las mayores fortunas del planeta, con un impuesto de al menos 2% para financiar proyectos sociales y de sostenibilidad.
“Con total respeto a la soberanía tributaria, buscaremos involucrarnos para garantizar que los individuos de mayor patrimonio líquido sean efectivamente tributados”, destaca el documento.
Los jefes de Estado coincidieron, también, en la necesidad de “reformar el Consejo de Seguridad de la ONU” para que la torne más “eficaz” y “representativa” para frenar conflictos.
La publicación de la declaración de líderes significó un alivio para la diplomacia brasileña. Países europeos habían intensificado la presión sobre Itamaraty para que el documento fuera rediscutido en el tramo sobre conflictos geopolíticos, dejando abierta la posibilidad de que tuviera disidencias. Sin embargo, Brasil se impuso en la pulseada.
El tono para referirse a la guerra entre Rusia y Ucrania, horas después de la mayor ofensiva contra Ucrania en meses que alcanzó la infraestructura energética, era el principal punto de discordia.
Los europeos presionaron para que se adoptara un lenguaje más duro contra el gobierno de Vladimir Putin, confiaron fuentes de la cancillería brasileña. Brasil evitó todo lo que pudo rediscutir el texto, ya que hubiera abierto la puerta a nuevos pedidos de parte de Rusia y también de países árabes por los conflictos en Medio Oriente.
La reunión de jefes de Estado contó en su primer día con asistencia prácticamente perfecta, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping. El gran ausente fue el ruso, Vladimir Putin, sobre quien pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional y fue representado por su canciller, Sergei Lavrov.

