Una tercera rebaja de tasas antes de cerrar 2025 siguió cotizando como el escenario favorito con más de 90% de probabilidades.
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Wall Street se hundió hasta 2,3% ante el temor de que la Fed pueda ralentizar los recortes de tasas
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Moody’s anticipa tres grandes riesgos para la economía global

Jerome Powell, titular de la FED.
Podría decirse que el “ shutdown ”, el cierre parcial de la Administración más prolongado de la historia (43 días), facilitó la baja de tasas de octubre (vista la buena lectura de la inflación de septiembre, la última disponible) y ahora complica la decisión de diciembre. De ahí que la finalización del “shutdown” no podría haber llegado en mejor momento para una FED que enfrenta riesgos a babor y estribor, que es data-dependiente y que padece la sequía de información oficial. El jueves se conocerá el informe de empleo de septiembre (que debía publicarse el 3 de octubre). No se sabe si se podrá confeccionar el de octubre. Kevin Hassett, uno de los principales asesores económicos de Trump, ha dicho que eventualmente se lo difundirá, aunque sin la tasa de desempleo. Y calcular la inflación al consumidor de octubre y noviembre será una tarea de orfebre ya que la recolección de los datos se interrumpió por el “shutdown”. Si se presentan las cifras, el peso de las imputaciones será mayúsculo. Así y todo, la última palabra, dirá la FED, la tendrá la data. Ella justificará la decisión.
Wall Street suma así una vicisitud más. Desde octubre, ya se dijo, está en capilla. Pero, la meneada corrección no hizo acto de presencia en la Bolsa, como en los mercados de criptomonedas y metales preciosos, cuya fiebre se congeló, y que volvieron a sacudirse cuando el final del “shutdown” prometía darles respiro. Sin embargo, todavía se la espera como a Godot ni bien despunta el más mínimo contratiempo. De no haber sido por la solidez excepcional de los balances, una liquidación módica le hubiera rebanado a la Bolsa bastante más que la franja de 2%-3% que se retrajo desde los máximos. En ese sentido, la saga continúa sin novedad en el frente. La apuesta agresiva de “Big Short” Burry, un inversor de película, en contra de Nvidia y Palantir que prometía ser un ariete eficaz para desmoronar la fe en la inteligencia artificial no mostró progresos tampoco. Burry delistó su fondo, y les devolverá el dinero a sus clientes. No cancela su apuesta ni su convicción. Pero reconoce que le llevará tiempo demostrar que tiene razón. Siendo así, es mejor sostenerla por vía privada.



