El reconocido panadero falleció este 14 de septiembre tras luchar contra una prolongada enfermedad y sufrir una recaída.
De regreso, dividía su jornada entre su trabajo en McCann Erikson de día, mientras que de noche cocinaba en Guido´s, el restaurante de comida italiana en Palermo. Fue entonces que comenzó a estudiar en el Instituto Argentino de Gastronomía (IAG).
Tras un viaje a la India abandonó la publicidad y se metió de lleno en la gastronomía. Pasó por las cocinas de Quimbombó, Dadá Bistró, Le Pain Quotidien, La Panadería de Pablo y San Gennaro, en este último como jefe de cocina. En cada uno de los espacios siempre se ocupó del pan. También trabajó en caterings, como Schuster y en grupo Fenix, cocinando en estadios y teatros para las bandas.
Vivió seis meses en Nueva York, donde trabajó en Shelter, un restorán/pizzería en Williamsburg. A su regreso, hizo eventos, pop ups, asesoramientos; dio clases junto a Pedro Lambertini y Máximo Cabrera (fundador de la escuela Crudo).
El impacto de Germán Torres se extendió más allá del ámbito profesional. En entrevistas, insistía en la importancia de los procesos y los ingredientes: “Un buen pan requiere horas de fermentación, masa madre de centeno y harinas menos refinadas, elementos que mejoran la digestión y el sabor, y que distinguen al pan artesanal del industrial”.

