Según informaron fuentes policiales, el hecho fue reportado cerca de las 11:10 del 30 de mayo, cuando el hospital local alertó sobre el deceso de los menores. Personal de la Comisaría de El Espinillo acudió de inmediato al lugar, junto con una ambulancia y el médico de turno, Dr. Carlos Faure, quien constató el fallecimiento de los niños.
Los pequeños vivían con sus padres, una mujer de 36 años y un hombre de 38, en una vivienda precaria construida con barro y ladrillos. En un intento por mitigar las bajas temperaturas de la noche, la familia encendió carbón dentro de la habitación, sin ventilación adecuada. Durante la madrugada, el monóxido de carbono —un gas incoloro, inodoro y altamente tóxico— se acumuló en el ambiente, provocando la tragedia.
El Gabinete Científico del Poder Judicial y personal de Bomberos intervinieron en el lugar por disposición de la fiscalía en turno, que ordenó las pericias correspondientes. La escena fue preservada para garantizar el trabajo de los investigadores.
Desde las autoridades se reiteró la advertencia sobre los peligros de utilizar braseros, carbón u otras fuentes de combustión en espacios cerrados sin ventilación, especialmente en viviendas sin infraestructura adecuada para afrontar las bajas temperaturas.
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